Se trata de comer durante cuarenta días sólo kitcheri, yogur natural y frutas frescas. ¡Nadad más! ¡Sólo kitcheri, yogur natural y frutas frescas!. Valen las infusiones (sin endulzar con miel, azúcar...), pero no el té o el café.
El KITCHERI es un plato que contiene arroz integral, verduras variadas (al gusto del comensal) y legumbres (la mejor es la soja verde, pero se puede hacer con lentejas, judías...). Al mezclar un cereal (arroz integral) con una legumbre el plato es rico en proteínas de alto valor y fácil asimilación. Las verduras aportan las vitaminas y minerales. Pueden ser de todo tipo, aunque se recomienda no mezclar las de hoja verde. Por ejemplo, podría hacerse una base siempre de cebolla, ajo, apio, puerro, zanahoria (pues no son flatulentas) y sólo una de las siguintes: judías verdes, espinacas, brócoli, alachofas, acelgas, coles de bruselas, coliflor... Otra buena combinación es calabacín y berenjena.
Las legumbres se dejan a remojo un día antes. El kitcheri se cocina todo junto durante una hora, de modo que su consitencia es blanda (predigerido). Sabe muy rico y se puede variar mucho. Se añade sal y especias a placer, que se pueden ir variando cada vez que se cocina. El picante resulta agradecido. Se conserva bien en la nevera durante cuatro días, por lo que no se pierde mucho tiempo cocinando. Una vez en el plato, hay quien le añade un chorro de aceite de oliva y/o tamari.
El kitcheri se toma con YOGURT NATURAL, que se sirve en una taza aparte, mejor si es biológico, y todavía mejor si es casero. Esta forma de tomar yogur (con salados) es habitual en Grecia y Oriente Medio y resulta más sabroso que con dulce. Se agradece especialmente cuando el kitcheri es picante. La cantidad de kitcheri es libre. Aunque los primeros días se come mucho, por ansiedad, el consumo poco a poco se regula de modo espontáneo.
Las FRUTAS FRESCAS pueden ser las que uno quiera, en cantidad ilimitada, mezcladas o no, pero siempre frescas, no sirven zumos envasados, frutas secas o conservas. Se toman aparte del kitcheri, dejando pasar al menos dos horas entre un plato y otro.
Un esquema típico de comidas es el siguiente: frutas para desayunar y a media mañana; kitcheri con yogur para comer; fruta para merendar; kitcheri con yogur para cenar.
Al cabo de los cuarenta días se ha perdido el peso superfluo (hasta la cuarta semana de dieta no se empieza a notar). Los efectos psicológicos resultan de lo más sorprendentes: mayor tranquilidad, menos necesidad de dormir, mucha más claridad. El paladar se afina y se torna sensible a los sabores, de modo que se rechaza instintivamente la comida basura. El café se puede abandonar para siempre con facilidad. No apetece comer demasiada carne pues uno se resiente de su pesada digestión. Y las comilonas sientan fatal. (Pero esto es como todo: un pequeño atracón hoy, otro mañana.. y el trabajo se pierde). En resumen: una excelente oportunidad para "comenzar de nuevo" y sentar las bases para una alimentación más sana.